Milton Domínguez, el inmigrante discapacitado asesinado por marinos

Inicio el comentario con la siguiente reflexión: no es extraño que se haya llegado a este extremo en la actuación  de personal de las fuerzas armadas en contra de personas en estado de vulnerabilidad  y discapacidad, como sucedió con Milton Domínguez, una persona que buscaba en nuestro país un mejor destino en su desarrollo personal, en la formación del oficio de trabajador en energía solar para llevar los conocimientos adquiridos y posiblemente aplicarlos en su natal Colombia. Milton era pobre, indocumentado, discapacitado e inmigrante, y fue su condición humana la que selló su suerte con la muerte a manos de sus asesinos.

En nuestro país están los registros documentados de innumerables violaciones a los derechos humanos de parte de uniformados  en contra de personas por pensar distinto, como sucedió con los opositores al régimen militar de la dictadura de Pinochet, quienes en una asimetría de poder, sin control en sus actos arremetieron en contra de personas vulnerables, presas políticas, con detenidos desaparecidos sin saber sus paraderos hasta la fecha de hoy. Con una política sistemática de violación de los derechos humanos de ciudadanos chilenos por parte del Estado y sus cómplices, son más comunes de lo que quisiéramos estas acciones cometidas, reconocidas por la justicia chilena y por diversas cortes de justicia internacionales en derechos humanos.

Hace unos cuántos años atrás, un joven paciente psiquiátrico de 22 años, José Vergara, de Alto Hospicio, en una crisis psiquiátrica de su enfermedad su familia solicitó la colaboración de Carabineros para su traslado de urgencia a un recinto hospitalario, pero lo que sucedió fue que éste grupo que lo custodiaba y transportaba en la patrulla lo abandonó a su suerte en pleno desierto del norte, sin saber luego de su paradero, encontrándose en calidad de desaparecido hasta el día de hoy. Entonces cabe preguntarse: ¿se ha hecho justicia en su caso? ¿En qué situación se encuentran los Carabineros responsables de tamaña acción con una persona vulnerable con discapacidad psíquica, ocurrida en tiempos de democracia en el país?

Hoy en día en nuestro país se ha creado la cuestionada ley Nain – Retamal, que otorga más atribuciones a las policías en su lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, pero omite lo delicado que resulta cuando son reiteradas las situaciones en las que las policías y sus uniformados vulneran los derechos humanos de las personas. La evidencia de los hechos en el tiempo así lo ha demostrado: se cometen excesos con las personas en determinadas circunstancias sin necesariamente ser delincuentes.

Actualmente, en Chile se ha construido deliberadamente por ciertos grupos con intereses de poder una cultura de discriminación, prejuicios y de estigmatización social hacia las personas por su condición humana de pobreza, educación, discapacidad, sexualidad, o étnica de pueblos originarios y de inmigración, que se hace patente en la sociedad hoy. Hay quienes creen que su visión parcial e incompleta de la realidad es la que tiene que prevalecer e imponerse sin respetar la diversidad de personas, menospreciando sus trayectorias de vida y sus derechos ciudadanos. Ignoran por completo que la existencia de las personas, cualquiera sea, tiene mucho que aportar para los necesarios cambios sociales que favorezcan el bienestar de todos y todas, y no solamente de los grupos que detentan el poder para mantener el estatus quo y sus privilegios. Así las personas diferentes son excluidas, son los desterrados hijos de Eva, los parias. ¿Los indignos de qué? Vistas como problemáticas, a estas personas no se les reconocen sus derechos a ser respetadas en su dignidad humana, como ocurre siempre con nosotros, las personas en situación de discapacidad. Es una dura lucha la que se da por cambiar el estado de las cosas que no nos favorecen, y es clara evidencia sobre lo que sucedió con Milton Domínguez asesinado por un grupo de Marinos de la Armada de Chile.

Cuando cometieron su acto criminal contra una persona discapacitada sin una pierna, los marinos venían de una noche de juerga, para luego alegar razones inexplicables justificando el asesinato que cometieron. ¿Qué hará la justicia chilena en su determinación del fallo de este caso mencionado? ¿Quedarán impunes o no? Las evidencias de los hechos son contundentes. Mientras se preocupan de una nueva conmemoración del 21 de mayo, estos uniformados han manchado el legado que dicen honrar. Estos marinos asesinos, que ultimaron a la persona discapacitada hasta la muerte, son indignos de la condición humana. La muerte de Milton Domínguez no será en vano.

Raúl Ariz Abarca

Secretario de Radio Diferencia

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