El libro y el regreso a la vida.

Habían pasado 5 años desde el primer momento es que me desconecté de la realidad consciente del mundo, cayendo en la oscuridad del foso, atrapado en el infierno de la no lucidez sin que yo fuese el causante de ello, sin saber que hacer para evitar sentir la confusión de la no existencia del yo en el laberinto del Minotauro, con el monstruo al asecho sin encontrar la salida, y así los días fueron
eternos hasta que dos años después el psiquiatra me dio un farol para continuar
en la senda que iba haciendo al transitar en el laberinto de la subjetividad para
encontrarme nuevamente conmigo cuando lograra salir de él y me preguntaba
¿Podré salir, seré el mismo de siempre, me reconocerán mis cercanos y hacia dónde iré? Sentía mucho miedo, los días pasaban y me angustiaba la incertidumbre que produce el devenir de las cosas y las circunstancias, me resignaba a perder mi intelecto creyendo que estaba en una condición subhumana de mi persona. Así, recordaba mis días anteriores de estudiante universitario en una ciudad lejana a Valparaíso, y mi sueño interrumpido de graduarme en Ciencias; yo era un joven muy vital, de mucha energía y fuerza para consolidar mis proyectos personales de vida y ¿ahora qué? Y un día del año 1985, en el jardín de mi casa en Valparaíso, estaba apoyado en la reja de madera de ésta tomando un tibio sol en aquella tarde del frío mes de julio, y divago en muchas cosas de mi situación, y pienso de cómo saber si mi intelecto se ha mantenido como antes o si no como recuperarlo en el tiempo, y pensé averiguarlo leyendo libros y así, con determinación le dije a mi madre que saldría dirigiéndome a la céntrica biblioteca Santiago Severín, y llego ahí, me recibe una señora mayor bibliotecaria detrás del mesón, y yo le digo que quiero llevar a mi domicilio dos libros para lectura, y me inscribe como socio pagando una cuota mensual. Y los libros que he seleccionado para mí, son 100 años de Soledad de Gabriel García Márquez y Narciso y Golmundo de Herman Hess, dos joyas literarias de la humanidad. En el primero me ha gustado como se expresa el realismo mágico en las mariposas amarillas que preceden al personaje Mauricio Babilonia en sus citas con Meme, en una fusión de realismo y fantasía y en el segundo, como los personajes muestran definiciones de la condición humana opuestas en la existencia entre un monje y un artista; es una obra de arte como se describen las imágenes de una escalera de caracol de madera con uno de los personajes bajando de ella. Fue tal la maravilla que me provocaron esos libros, que al otro año ingresé a la PUCV, me gradué de Profesor, luego muy mayor me gradué de Magister en educación en Ciencias y logré una candidatura en un doctorado en Ciencias y aquí, estoy ahora de nuevo.

Raúl Ariz Abarca Socio de la radio Diferencia ONG

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